Los cambios físicos relacionados con la pubertad tienen un impacto significativo en la autoestima y la imagen corporal de los adolescentes. Este período de rápida y profunda transformación puede ser fuente de orgullo y emoción, pero también de ansiedad y dudas respecto a la aceptación de este nuevo cuerpo en desarrollo. Los jóvenes se enfrentan a nuevos desafíos, tanto en su relación consigo mismos como en sus interacciones con los demás, y deben aprender a navegar en esta realidad corporal en cambio.
La autoestima, es decir, el valor y el respeto que uno se otorga como persona, está estrechamente vinculada a la imagen corporal en la adolescencia. Los jóvenes que atraviesan la pubertad pueden sentirse vulnerables e inseguros frente a estos cambios físicos, comparándose constantemente con los estándares de belleza promovidos por la sociedad y los medios de comunicación. Por ejemplo, una adolescente que no cumple con los ideales de delgadez omnipresentes puede desarrollar una baja autoestima y una relación conflictiva con su cuerpo, mientras que un chico que tarda en ganar músculo puede sentirse inadecuado y poco viril.
Estas preocupaciones relacionadas con la imagen corporal pueden tener repercusiones significativas en el bienestar emocional y social de los adolescentes. Los jóvenes que tienen una imagen negativa de su cuerpo tienen más riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, como la anorexia o la bulimia, así como trastornos ansiosos y depresivos. También pueden tender a aislarse socialmente, evitar situaciones donde su cuerpo está expuesto a la mirada de los demás, como la piscina o los vestuarios, y privarse de experiencias enriquecedoras por miedo al juicio de los demás.
Es importante señalar que las preocupaciones relacionadas con la imagen corporal no son exclusivas de las chicas. Los chicos también están sometidos a presiones sociales en cuanto a su apariencia física, con exigencias de ser altos, musculosos y viriles. Sin embargo, a menudo tienen más dificultades para expresar sus inseguridades corporales, ya que estas se perciben como un signo de debilidad en una sociedad que valora la fuerza y la masculinidad. Esta dificultad para verbalizar su malestar puede conducir a comportamientos de riesgo, como el abuso de esteroides anabólicos para esculpir su cuerpo.
Como entrenadores para adolescentes, nuestro papel es ofrecer un espacio amable y sin prejuicios donde los jóvenes puedan expresar sus preocupaciones relacionadas con su cuerpo en transformación. Podemos ayudarles a desarrollar una imagen corporal positiva, animándoles a centrarse en las funciones y habilidades de su cuerpo en lugar de en su apariencia. También podemos guiarlos en la deconstrucción de los mensajes dañinos promovidos por la sociedad y los medios de comunicación, invitándolos a celebrar la diversidad de formas corporales y liberarse de los dictados de la perfección.
Por ejemplo, podemos ofrecer a un grupo de adolescentes un taller sobre las redes sociales y la imagen corporal, invitándolos a reflexionar de manera crítica sobre las imágenes retocadas y los estándares de belleza irreales que se promocionan allí. También podemos animar a los jóvenes a practicar actividades físicas que les proporcionen placer y refuercen su sentimiento de competencia, en lugar de centrarse en la pérdida de peso o la esculpir su cuerpo. Ayudándolos a desarrollar una relación amable y respetuosa con su cuerpo, estamos poniendo las bases de una autoestima sólida y duradera, un valioso recurso para navegar en los desafíos de la adolescencia y de la vida adulta.
Puntos a recordar :
– Los cambios físicos relacionados con la pubertad pueden ser una fuente de orgullo y emoción, pero también de ansiedad y dudas en cuanto a la aceptación de este nuevo cuerpo en desarrollo.
– La autoestima está estrechamente vinculada a la imagen corporal en la adolescencia. Los jóvenes que pasan por la pubertad pueden sentirse vulnerables e inseguros frente a estos cambios, comparándose con las normas de belleza promovidas por la sociedad.
– Las preocupaciones relacionadas con la imagen corporal pueden tener repercusiones significativas en el bienestar emocional y social de los adolescentes, con riesgos aumentados de trastornos alimentarios, ansiosos y depresivos, así como de aislamiento social.
– Los chicos también están sometidos a presiones sociales en cuanto a su apariencia física, pero a menudo tienen más dificultades para expresar sus inseguridades corporales, lo que puede conducir a comportamientos de riesgo.
– Como entrenadores para adolescentes, nuestro papel es ofrecer un espacio amable donde los jóvenes pueden expresar sus preocupaciones relacionadas con su cuerpo en transformación, y ayudarlos a desarrollar una imagen corporal positiva al desmontar los mensajes dañinos promovidos por la sociedad.
– Ayudando a los adolescentes a desarrollar una relación amable y respetuosa con su cuerpo, estamos poniendo las bases de una autoestima sólida y duradera, un valioso recurso para navegar en los desafíos de la vida.
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