Submódulo 5.1 – Los principios fundamentales del coaching (escucha activa, cuestionamiento, retroalimentación, etc.)
El coaching es una práctica de apoyo que se basa en un conjunto de principios fundamentales, que guían la postura y las intervenciones del coach. Estos principios son los pilares de una relación de coaching efectiva y ética, centrada en las necesidades y recursos del cliente. En el contexto del coaching en duelo, estos principios adquieren una dimensión particular, ya que permiten crear un espacio de seguridad emocional y apoyo compasivo para las personas en duelo. Entre estos principios, se pueden mencionar la escucha activa, el cuestionamiento, la retroalimentación, la confidencialidad, la no-judicación y la responsabilización del cliente.
La escucha activa es el corazón del coaching. Consiste en estar plenamente presente y atento a lo que el cliente expresa, tanto verbal como no verbalmente. Es una escucha empática, que busca comprender el mundo interior del cliente, sus emociones, sus creencias, sus valores, sin juzgarlos o interpretarlos precipitadamente. En el coaching de duelo, la escucha activa permite recibir con compasión las intensas y a veces contradictorias emociones de las personas en duelo, ayudándolas a sentirse escuchadas y validadas en su experiencia única. Por ejemplo, cuando una cliente habla con lágrimas acerca de la ira que siente hacia su esposo fallecido, el coach puede practicar la escucha activa reflejándole con delicadeza: “Veo que sientes una intensa ira hacia él en este momento, y que es muy doloroso para ti experimentar este sentimiento”.
El cuestionamiento es otro principio clave del coaching. Consiste en hacer preguntas abiertas y pertinentes, que inviten al cliente a explorar su experiencia, a aclarar sus pensamientos y a encontrar sus propias respuestas. Las preguntas del coach no son interrogatorios, sino oportunidades para reflexionar y tomar conciencia para el cliente. En el coaching de duelo, el cuestionamiento puede ayudar a las personas en duelo a poner palabras a sus emociones, a identificar sus necesidades y recursos, a dar sentido a su pérdida. Por ejemplo, frente a un cliente que expresa sentimiento de culpa por seguir vivo tras la muerte de su hija, el coach puede preguntarle con delicadeza: “¿Qué crees que tu hija habría deseado para ti hoy? ¿Cómo podrías honrar su memoria mientras te cuidas a ti mismo?”
La retroalimentación es un principio importante del coaching, que consiste en ofrecer al cliente una retroalimentación constructiva y amable sobre su progreso, sus fortalezas y sus áreas de desarrollo. La retroalimentación del coach no es un juicio, sino un reflejo que permite al cliente tomar conciencia de sí mismo y de su impacto en su entorno. En el coaching de duelo, la retroalimentación puede ayudar a las personas en duelo a reconocer los pasos que han tomado en su camino, los recursos que han movilizado, los desafíos que aún les quedan por superar. Por ejemplo, en una sesión de revisión, el coach puede compartir con su cliente: “Desde que estamos trabajando juntos, observo que has logrado expresar tu dolor ante tus seres queridos, que has retomado una actividad deportiva que te hace bien y que logras evocar recuerdos felices de tu padre. Creo que estos son logros significativos, aunque todavía hay altibajos.”
La confidencialidad es un principio ético central del coaching, que garantiza al cliente que lo que comparte en las sesiones permanecerá estrictamente confidencial, excepto por obligación legal en contra. Este principio crea un clima de confianza y seguridad, donde el cliente puede compartir sin temor a ser juzgado o expuesto. En el coaching de duelo, la confidencialidad es crucial, ya que las personas en duelo pueden sentir vergüenza, culpa o ira que no se atreven a expresar a sus seres queridos. Saber que el coach está obligado a guardar secreto profesional les permite abrirse con más libertad. Por ejemplo, en la primera sesión, el coach puede tranquilizar a su cliente diciéndole: “Todo lo que me confíes aquí se quedará entre nosotros, dentro de los límites de la ley. Es un espacio donde puedes expresarte con total libertad y seguridad.”
La no-judicación es otro principio esencial del coaching, que consiste en recibir al cliente con una actitud de apertura y respeto incondicional. El coach no juzga los pensamientos, emociones o acciones del cliente, sino que busca comprenderlos con curiosidad y compasión. En el coaching de duelo, la no-judicación es primordial, ya que las personas en duelo pueden tener reacciones y pensamientos que les asustan o avergüenzan, como enfadarse con el fallecido, sentir alivio por no sufrir más, o querer unirse al ser perdido. El coach recibe estas expresiones con compasión y normaliza su carácter humano. Por ejemplo, si una cliente confiesa que está enfadada con Dios por dejar morir a su hijo, el coach puede responderle con calma: “Es una reacción normal y comprensible en tu situación, muchos padres en duelo sienten esta ira espiritual. Tienes derecho a vivir todas estas emociones.”
Finalmente, la responsabilización del cliente es un principio fundador del coaching, que afirma que el cliente es el experto de su vida y el principal actor de su cambio. El coach no está allí para dar consejos o soluciones prefabricadas, sino para ayudar al cliente a clarificar sus objetivos, a movilizar sus recursos y a pasar a la acción. En el coaching de duelo, la responsabilización es esencial, ya que permite a las personas en duelo recuperar un sentido de control y significado en una situación que les supera. El coach las anima a tomar decisiones informadas para cuidar de sí mismas, a basarse en sus fortalezas y valores para atravesar su duelo. Por ejemplo, cuando un cliente se pregunta cómo gestionar el primer aniversario de la muerte de su madre, el entrenador puede invitarle a reflexionar: “¿Cómo te gustaría vivir este día? ¿Qué sería significativo y reconfortante para ti? ¿Qué recursos necesitarías?”
En resumen, los principios fundamentales del coaching son los pilares de una relación de apoyo compasivo, ético y efectivo. Al encarnarlos en su práctica, el GRIEF COACH crea las condiciones para un camino de duelo que apoye y brinde significado a las personas en duelo. La escucha activa, el cuestionamiento, la retroalimentación, la confidencialidad, la no-judicación y la responsabilización son todas las brújulas que guían al coach en su postura e intervenciones. Cultivándolos con conciencia y compromiso, el coach puede ofrecer a las personas en duelo un espacio único de seguridad, reflexión y transformación, donde pueden domesticar su tristeza y volver a aprender a vivir, un paso a la vez. Los principios fundamentales del coaching son, por lo tanto, las raíces de un acompañamiento profundamente humano, al servicio de la resiliencia y crecimiento de cada persona, en el duelo y más allá.
Puntos a recordar:
– Los principios fundamentales del coaching (escucha activa, cuestionamiento, retroalimentación, confidencialidad, no-judicación, responsabilización) son esenciales para crear una relación de coaching efectiva y ética, especialmente en el contexto del coaching de duelo.
– La escucha activa permite recibir con empatía las intensas emociones de las personas en duelo y ayudarles a sentirse escuchadas y validadas en su experiencia única.
– El cuestionamiento ayuda a las personas en duelo a explorar su experiencia, aclarar sus pensamientos y encontrar sus propias respuestas. Las preguntas abiertas y pertinentes del coach son oportunidades para reflexionar y tomar conciencia.
– La retroalimentación constructiva y amable del coach permite a las personas en duelo reconocer su progreso, sus fortalezas y los desafíos que aún deben enfrentar en su camino de duelo.
– La confidencialidad garantiza un espacio de confianza y seguridad donde las personas en duelo pueden expresarse libremente, sin temor a ser juzgadas o expuestas.
– La no-judicación del coach es fundamental para recibir con compasión las reacciones y pensamientos difíciles a veces de los dolientes, normalizando estos sentimientos humanos.
– La responsabilización del cliente afirma que la persona en duelo es la experta de su vida y la principal actriz de su camino. El coach la alienta a tomar decisiones informadas, movilizar sus recursos y dar sentido a su experiencia.
– Al encarnar estos principios, el GRIEF COACH ofrece a las personas en duelo un acompañamiento profundamente humano, que favorece su resiliencia y su crecimiento en la prueba de la pérdida de un ser querido.
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