Submódulo 5.3 – Establecer objetivos SMART y elaborar un plan de acción
Establecer objetivos claros y elaborar un plan de acción concreto son pasos cruciales en cualquier proceso de coaching, y el coaching en el duelo no es la excepción. Aunque el camino del duelo es único y no lineal para cada persona, es importante definir puntos de referencia y direcciones para avanzar paso a paso hacia un mejor estado de ánimo. Los objetivos proporcionan una dirección, una motivación y un significado para el proceso de acompañamiento, mientras que el plan de acción permite traducir estas intenciones en realidad, a través de etapas pragmáticas y alcanzables. Para el GRIEF COACH, ayudar al cliente a formular objetivos SMART y a construir un plan de acción personalizado es una habilidad clave para fomentar su autonomía y resiliencia ante la pérdida.
Los objetivos SMART son una valiosa herramienta para definir metas claras, motivadoras y alcanzables. SMART es un acrónimo que significa: Específico, Medible, Alcanzable, Realista y Temporalmente definido. Un objetivo específico se formula de manera precisa y concreta, respondiendo a las preguntas: ¿Qué? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? Por ejemplo, en lugar de decir “quiero sentirme mejor”, un objetivo específico sería “quiero retomar mi actividad de pintura durante una hora a la semana, en casa o en un taller, para expresar mis emociones y cuidar de mi bienestar”. Un objetivo medible es cuantificable, permite evaluar el progreso y el logro del objetivo. Se puede medir en términos de frecuencia, duración, cantidad o calidad. Por ejemplo, “quiero ser capaz de hablar de mi hijo fallecido sin llorar, al menos una vez al día, durante un mes”. Un objetivo alcanzable es realista en relación a los recursos y restricciones de la persona, representa un reto estimulante pero no insuperable. Por ejemplo, “quiero participar en un grupo de apoyo para personas en duelo una vez al mes, eligiendo un horario compatible con mi tiempo y mis responsabilidades familiares”. Un objetivo realista está en línea con los valores, necesidades y aspiraciones profundas de la persona, tiene sentido para ella. Por ejemplo, “quiero crear un ritual personalizado para honrar la memoria de mi cónyuge, eligiendo gestos y símbolos que me representen y me reconforten”. Finalmente, un objetivo temporalmente definido está inscrito en un plazo específico, un plazo razonable y motivador. Por ejemplo, “en tres meses, quiero ser capaz de ordenar las pertenencias de mi madre, haciendo donaciones y guardando algunas preciadas memorias”.
Para ayudar al cliente a formular los objetivos SMART, el GRIEF COACH puede utilizar diversas técnicas de entrevista y exploración. Puede hacer preguntas abiertas para aclarar las necesidades y motivaciones del cliente, como “¿Qué es importante para ti en tu camino de duelo actualmente? ¿Qué te gustaría ser capaz de hacer o sentir de manera diferente?” También puede utilizar escalas de evaluación para ayudar al cliente a medir su punto de partida y su punto de llegada deseado, como “En una escala de 0 a 10, ¿dónde te encuentras hoy en tu habilidad para hablar de tu pérdida? ¿Y dónde te gustaría estar en un mes?” El coach también puede sugerir ejercicios de visualización o proyección para ayudar al cliente a imaginarse concretamente los beneficios y etapas de su objetivo, como “Imagínate que has alcanzado tu objetivo de crear un ritual personalizado para tu cónyuge. ¿Qué sientes? ¿Qué haces? ¿Qué ha cambiado para ti?” Estas técnicas permiten hacer los objetivos más vivos, incorporados y motivadores para el cliente.
Una vez que se han definido los objetivos SMART, es esencial elaborar un plan de acción concreto para alcanzarlos. El plan de acción es una hoja de ruta que detalla las etapas, los recursos, los plazos y los indicadores de progreso para cada objetivo. Permite estructurar el enfoque del cliente, hacerlo tangible y alcanzable, y celebrar los avances a medida que se producen. Para construir el plan de acción, el coach puede invitar al cliente a desglosar su objetivo en sub-objetivos progresivos y realistas, comenzando por acciones sencillas y accesibles. Por ejemplo, para el objetivo de retomar la pintura, las sub-objetivos podrían ser: comprar el material necesario, acondicionar un espacio dedicado en casa, elegir un horario semanal, comenzar con ejercicios lúdicos de 15 minutos, y luego aumentar gradualmente la duración y la complejidad de las tareas. El coach también puede ayudar al cliente a identificar los recursos que necesitará para cada etapa, como apoyo, información, material, tiempo. Puede animarle a anticipar posibles obstáculos y a planificar soluciones alternativas, para mantener su motivación y confianza. Por ejemplo, si al cliente le cuesta pintar en casa, puede considerar alternar con sesiones en un taller o al aire libre. El coach y el cliente también pueden definir indicadores de progreso para cada etapa, con el fin de medir los avances y reforzar la sensación de eficacia personal. Por ejemplo, un indicador podría ser el número de cuadros realizados, el tiempo dedicado a pintar sin interrupción, o el placer experimentado durante la actividad.
Es importante recordar que en el contexto del duelo, los objetivos y los planes de acción deben permanecer flexibles y adaptables, en función de las necesidades y reacciones del cliente. El duelo es un proceso fluctuante, que incluye altibajos, momentos de regresión y progreso. Es normal y saludable que las personas en duelo revisen sus prioridades, deseos y ritmos a lo largo del camino. El papel del GRIEF COACH es acoger estos movimientos con amabilidad y flexibilidad, manteniendo al mismo tiempo el rumbo hacia los objetivos fundamentales del cliente. Puede sugerir ajustes, pausas o celebraciones en función de la evolución de la situación, al tiempo que valora los esfuerzos y logros del cliente. Por ejemplo, si el cliente atraviesa un período de intensa tristeza que le impide pintar durante unas semanas, el coach puede invitarle a aceptar este tiempo de retirada necesario, a permitirse experimentar su dolor, manteniendo una conexión con su objetivo a través de gestos simples como mirar sus cuadros, imaginar futuros proyectos o recordar los beneficios de la pintura. Lo esencial es respetar el ritmo y las necesidades del cliente, ayudándole a mantener una dirección y una perspectiva de mejoramiento.
Más allá de los objetivos concretos, el trabajo en los objetivos y el plan de acción en el coaching del duelo tiene un valor simbólico y terapéutico profundo. Permite a las personas en duelo recuperar un sentido de control y significado en un período de caos y pérdida de referencias. Al establecer metas alcanzables y lograrlas paso a paso, pueden recuperar la confianza en sus recursos, reconectarse con sus deseos y valores, y proyectarse de nuevo en un futuro lleno de esperanza. Así, los objetivos se convierten en balizas en el camino del duelo, invitaciones a cuidarse a sí mismo, a honrar la memoria del difunto, a reaprender a vivir y a amar a pesar de la ausencia. Abren el camino a una vida transformada por la pérdida, pero siempre rica en significado y posibilidades. En este sentido, el trabajo en los objetivos en el coaching del duelo es un acto de resistencia y creación, que afirma la fuerza de la vida frente a la adversidad.
Al guiar a las personas en duelo en la formulación de objetivos SMART y la elaboración de planes de acción personalizados, el GRIEF COACH les acompaña en la travesía del duelo y la reconstrucción de sus vidas. Es un trabajo delicado y apasionante que requiere creatividad, empatía y rigor para adaptarse al ritmo y a las necesidades únicas de cada persona. Ofreciendo un marco amable y estructurante para establecer puntos de referencia y direcciones, el coach apoya los recursos y las aspiraciones profundas de las personas en duelo, y les ayuda a transformar su dolor en una fuerza de vida y resiliencia. Los objetivos se convierten así en las semillas de una vida renovada, que germinan y florecen en el corazón mismo de la pérdida, dando lugar a nuevas posibilidades y conexiones. Paso a paso, objetivo tras objetivo, las personas en duelo aprenden de nuevo a caminar, a soñar y a crear, llevando consigo el recuerdo amoroso de aquellos que permanecen en su corazón, más allá de la ausencia. Y así, el coaching se convierte en un arte de vida y esperanza, al servicio de la metamorfosis y la sanación.
Puntos a recordar:
– Establecer objetivos claros y elaborar un plan de acción son pasos cruciales en el coaching del duelo para proporcionar una dirección, motivación y sentido al proceso de acompañamiento.
– Los objetivos SMART (Específico, Medible, Alcanzable, Realista, y Temporalmente definido) son una valiosa herramienta para definir metas claras, motivadoras y alcanzables.
– El GRIEF COACH puede utilizar diferentes técnicas de entrevista y exploración para ayudar al cliente a formular los objetivos SMART: preguntas abiertas, escalas de evaluación, ejercicios de visualización.
– El plan de acción detalla las etapas, recursos, plazos e indicadores de progreso para cada objetivo. Estructura el enfoque y permite celebrar los avances.
– En el contexto del duelo, los objetivos y los planes de acción deben permanecer flexibles y adaptables en función de las necesidades y reacciones fluctuantes del cliente. El coach acoge estos movimientos con amabilidad y flexibilidad a la vez que mantiene el rumbo.
– El trabajo en los objetivos tiene un valor simbólico y terapéutico profundo: restituye un sentido de control y significado, permite la reconexión con los recursos y proyecta un futuro lleno de esperanza.
– Al guiar la formulación de objetivos y planes de acción, el GRIEF COACH apoya la travesía del duelo y la reconstrucción. Los objetivos se convierten en semillas de una vida renovada que florece en el corazón de la pérdida.
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