El uso de herramientas de comunicación y seguimiento con los padres y los profesionales es un aspecto esencial para una colaboración efectiva en torno al adolescente. Como entrenador, es fundamental establecer modos de intercambio y de informes adaptados, que permitan mantener un vínculo de confianza, compartir la información relevante y coordinar las acciones educativas. La elección y el dominio de estas herramientas son competencias clave para inscribir su acompañamiento en una dinámica de asociación y sistémica, al servicio del desarrollo global del joven.
Las herramientas de comunicación con los padres y los profesionales son variadas y complementarias, desde los intercambios en persona hasta los soportes digitales. Las entrevistas regulares, individuales o colectivas, siguen siendo esenciales para establecer una relación de proximidad, intercambiar puntos de vista y ajustar las estrategias. El entrenador puede proponer citas periódicas con los padres, al principio, en medio y al final del acompañamiento, para hacer un balance de los objetivos, los avances y los desafíos encontrados. También puede organizar reuniones ocasionales con los docentes o profesionales de la salud involucrados, para compartir observaciones, armonizar prácticas y reflexionar juntos sobre cómo apoyar mejor al adolescente en sus diferentes entornos.
Las llamadas telefónicas o videoconferencias pueden complementar estos momentos de encuentro, ofreciendo una mayor reactividad y flexibilidad en los intercambios. Permiten hacer revisiones regulares, gestionar imprevistos o situaciones urgentes, sin sobrecargar las agendas de cada uno. El entrenador puede acordar con los padres y los colaboradores un horario y una frecuencia para estos intercambios a distancia, respetando la disponibilidad y las preferencias de cada uno. Por ejemplo, puede proponer una breve llamada semanal con los padres para compartir los aspectos destacados de la semana, o una videoconferencia mensual con el profesor principal para seguir la evolución escolar del adolescente.
Los instrumentos digitales ofrecen también numerosas posibilidades para fluidificar la comunicación y el seguimiento con los padres y los profesionales. Los correos electrónicos permiten transmitir fácilmente información, documentos o enlaces útiles, de manera asincrónica y rastreable. El entrenador puede utilizar este medio para compartir informes de sesiones, recursos pedagógicos, propuestas de actividades para realizar en familia, teniendo en cuenta adaptar su contenido y estilo a los destinatarios. Las mensajerías instantáneas, como WhatsApp o Signal, también pueden ser útiles para intercambios breves e informales, respetando franjas horarias definidas para preservar el equilibrio entre la vida profesional y personal de cada uno.
Las plataformas colaborativas en línea, como Slack, Teams o Trello, son herramientas poderosas para centralizar y organizar la información, facilitar el trabajo en equipo y asegurar un seguimiento compartido de las acciones. El entrenador puede crear un espacio dedicado a cada adolescente, con diferentes canales temáticos (objetivos, evaluaciones, recursos, agenda…), e invitar a los padres y a los colaboradores interesados. Cada uno puede así acceder a una visión general del acompañamiento, contribuir a enriquecerlo con sus aportaciones, e interactuar de manera fluida y transparente. Por ejemplo, el entrenador puede publicar un cuadro de seguimiento de los objetivos trabajados con el adolescente, que los padres podrán comentar y completar con sus observaciones en casa.
Más allá de la comunicación, las herramientas de seguimiento son esenciales para objetivar los progresos, valorar los éxitos y ajustar las estrategias de acompañamiento. El entrenador puede proponer al adolescente llevar un diario digital, donde registre sus reflexiones, emociones y realizaciones a lo largo de las sesiones. Esta herramienta reflexiva permite materializar el recorrido realizado, reforzar el sentimiento de competencia e identificar los factores de cambio. Con el acuerdo del joven, el entrenador puede compartir algunos fragmentos seleccionados con los padres o los profesionales, para mostrarles los avances y fomentar su compromiso en el proceso.
Los cuestionarios y las escalas de evaluación son otras herramientas relevantes para medir los cambios y el logro de los objetivos. El entrenador puede utilizar materiales validados, como la Escala de Autoestima de Rosenberg o el Cuestionario de Fuerzas y Dificultades (SDQ), o crear sus propias rejillas de evaluación adaptadas a las particularidades del acompañamiento. Invitando regularmente al adolescente, pero también a sus padres y a los profesionales involucrados, a completar estas evaluaciones, el entrenador dispone de indicadores concretos para apreciar los cambios, identificar los puntos fuertes y los desafíos persistentes. Por ejemplo, puede proponer al principio, a mitad de camino y al final del acompañamiento un cuestionario sobre las habilidades relacionales del adolescente, a completar por el joven, sus padres y su profesor principal, para medir los progresos percibidos por cada uno en este ámbito.
Los informes escritos o en vídeo son herramientas sintéticas para trazar el recorrido del adolescente y valorar sus logros. Al final del acompañamiento, o en momentos clave, el entrenador puede redactar un informe cualitativo que refleje los objetivos trabajados, los éxitos obtenidos, las competencias desarrolladas y las áreas de mejora. Puede incluir fotos, trabajos o testimonios del adolescente, para ilustrar sus progresos y generar el orgullo de sus padres y profesionales. También puede proponer al adolescente que realice un video donde repasa su camino, expresa su satisfacción y sus descubrimientos, para cerrar positivamente el acompañamiento y consolidar sus aprendizajes.
Para un uso óptimo de estas herramientas de comunicación y seguimiento, el entrenador debe respetar ciertos principios clave. Es esencial elegir las herramientas más adecuadas para cada situación, en consulta con los padres y los colaboradores, teniendo en cuenta las preferencias y restricciones de cada uno. La regularidad y la consistencia en los intercambios también son fundamentales para mantener la dinámica colaborativa, definiendo una frecuencia realista y sostenible a largo plazo. La claridad y concisión de los mensajes son esenciales para una comunicación eficaz, cuidando adaptar su lenguaje y su nivel de información a los destinatarios. El entrenador también debe mostrar discernimiento y confidencialidad en el intercambio de datos, clasificando lo que es íntimo, privado y profesional, como se detalló en el submódulo anterior.
Por ejemplo, para el seguimiento de un adolescente con un trastorno de ansiedad, el entrenador puede poner en marcha el siguiente dispositivo: una entrevista tripartita mensual con el joven y sus padres para definir los objetivos y evaluar los avances, un correo electrónico semanal a los padres con sugerencias de actividades relajantes para realizar en familia, una llamada bimensual con el enfermero escolar para ajustar los ajustes en clase, una rejilla de auto-evaluación diaria de la ansiedad a llenar por el adolescente en una aplicación móvil, y un informe escrito trimestral rastreando los progresos y los desafíos, para compartir con los colaboradores.
Al seleccionar cuidadosamente sus herramientas de comunicación y seguimiento, y utilizarlas regularmente y de manera relevante, el entrenador refuerza la calidad y el impacto de su acompañamiento al adolescente. Crea condiciones para una colaboración estrecha y fructífera con los padres y los profesionales, cultivando la confianza, la transparencia y la coherencia educativa. Estas herramientas son valiosos recursos para situar el coaching en un enfoque sistémico y ecológico, tejiendo una red de apoyo benevolente en torno al joven, propicia a su desarrollo global y armonioso.
Puntos a recordar:
– Las herramientas de comunicación y seguimiento con los padres y los profesionales son esenciales para una colaboración efectiva alrededor del adolescente. Permiten mantener un vínculo de confianza, compartir la información relevante y coordinar las acciones educativas.
– Las herramientas son variadas y complementarias: entrevistas presenciales, llamadas telefónicas, videoconferencias, correos electrónicos, mensajerías instantáneas, plataformas colaborativas en línea.
– El entrenador propone citas periódicas con los padres y organiza reuniones ocasionales con los docentes o profesionales de la salud para intercambiar puntos de vista y ajustar las estrategias.
– Las herramientas digitales (correos electrónicos, mensajerías, plataformas) facilitan la transmisión de información, el trabajo en equipo y el seguimiento conjunto de las acciones.
– Las herramientas de seguimiento (diario, cuestionarios, escalas de evaluación, informes) permiten objetivar los progresos, valorar los éxitos y ajustar las estrategias de acompañamiento.
– Para un uso óptimo, el entrenador debe elegir las herramientas adaptadas a cada situación, asegurar una comunicación regular, clara y concisa, y respetar la confidencialidad en el intercambio de datos.
– Al utilizar estas herramientas de manera relevante, el entrenador refuerza la calidad de su acompañamiento, crea una colaboración estrecha con los padres y los profesionales, e inscribe el coaching en un enfoque sistémico al servicio del desarrollo del adolescente.
👉 Para descargar el archivo docx (editable), haz clic aquí: Clic aquí
👉 Para descargar el archivo PDF, haz clic aquí: Clic aquí
👉 Para descargar el archivo MP3, haz clic aquí: Clic aquí